~ El Ama de Casa y el Sumo Sacerdote ~ El ama
de casa y el Sumo Sacerdote Generalmente cuando a una mujer casada se le hace la clásica
pregunta: “Y tú, a qué te dedicas? ” la respuesta más
común es: “mm… soy… ama de casa” pero eso acompañado de una cara avergonzada o
con temor de sentirse subordinada en la sociedad en la que vive. Y ¿por qué
será que a la mayoría de las mujeres les
parece que ser ama de casa no llega ni a profesión, o lo sienten muy por debajo
de las demás? Creen que ser empresaria o doctora o cualquier otra cosa es digno de admiración, pero ser ama de casa es algo
muy…simple. Todo esto se ha venido dando mucho en nuestra sociedad desde
hace alrededor de 162 años
(aproximadamente desde el 1848) con
la llegada del famoso “feminismo”, donde se ha luchado por lograr una
“igualdad” entre el hombre y la mujer en todos los aspectos. Todas hemos oído
hablar de esto, pero ¿Por qué sucedió esto?, realmente ¿cuál es el origen?. Es verdad que a la mujer se le ha dado un trato inferior
por hombres con cierta mentalidad machista, dejando a la mujer de último lugar
en todo, sin derechos a muchas cosas y degradando su función en nuestra sociedad,
pero es importante resaltar que eso se ha dado en donde no hay instrucción ni
temor del Creador. El feminismo ha hecho ver la labor de una mujer en su hogar
como algo “inferior”, a tal grado que ha llevado a la mujer de “de hoy” a
decidir tener dos carreras en vez de una, antes una mujer era feliz
desempeñando la carrera de cuidadora de su hogar, atendiendo a su esposo,
desvelándose con sus hijos cuando están bebés, educándoles e instruyéndoles
siendo ella la principal responsable de su desarrollo incluso intelectual,
cuidándoles en enfermedades, decorando y aseando su hogar, invirtiendo tiempo
en cocinarles lo que más les gusta, y muchas cosas mas, pero ahora, es mejor
contratar una señora que haga las labores domésticas, a veces que cocine, o
mejor comprar comida semi-cocida, una niñera, o una guardería de 7 horas al día donde le
enseñen al niño a comer solo, ir al baño solo, o avisar, hablar…bueno.. ya sabemos en qué consiste nuestro mundo moderno de hoy.
Además, ¿por qué las mujeres prefieren estudiar una carrera que permanecer dedicadas a su hogar? Y aquí está precisamente lo que avivó
el movimiento feminista en todo el mundo, y es que a las amas de casa se les
hace menos por la sencilla razón de que lo que ellas hacen no es trascendental
para la sociedad, no aportan mucho, por eso es que ser ama de casa no se cuenta
como oficio, y por lo tanto no tiene remuneración, porque no aporta a la
economía. Lo que mide hoy en día el valor de algo es la cantidad de dinero que
produce. Si una mujer gana dinero aportando algo a la sociedad se le considera
profesionista, pero si solo está en su casa es una simple mujer de hogar, y
como su labor no trae consigo remuneración entonces se convierte en algo de
menos valor. Además, hoy en día lo más normal y común es que los niños sean
enviados a las escuelas a recibir educación, sin embargo esto también por
siglos ha sido parte del papel tanto del padre como de la madre en el hogar,
mayoritariamente de la mujer que es la que pasa más tiempo en casa. A lo largo de los siglos la humanidad ha visto la necesidad de
moldear la mente del hombre con el conocimiento necesario para lograr una vida
civilizada y en armonía. En las culturas más importantes de la humanidad se han
implementado diversas maneras de lograr una civilización culta y capaz de
enfrentar los diferentes ámbitos de la vida humana. Para logar esa armonía y desarrollo integral en los seres
humanos ha sido necesario un recurso invalorable que ha hecho posible el
desarrollo de la humanidad a través de la historia, y es: LA EDUCACIÓN. En las
culturas antiguas como la Egipcia, la Babilónica, la
China, la India, la Griega y la Romana se han implementado diversas maneras de
educar a los nuevos integrantes de cada sociedad. Lo que cada cultura logró
desarrollar ha influido hasta nuestros días. Sin embargo, con el paso de los
siglos hubo muchos hombres con distintos intereses que fueron reformando y
reestructurando la manera de proveer el conocimiento y sabiduría necesarios. A comienzos del siglo XX
la actividad educativa se vio muy influida por los escritos de una mujer feminista y educadora sueca llamada
Ellen Key, nacida bajo un ambiente de liberalismo
y la masonería. En el 1900 escribió un libro llamado “El
siglo de los niños” en el que promueve centrar la educación en la infancia convirtiéndose
en la inspiración para educadores de muchos países. Así que lo que conocemos
hoy como Escuelas tienen apenas poco mas de un siglo.
La educación obligatoria en occidente se implementó a finales del siglo XVII y
comienzos del XVIII. En Estados
Unidos fue hasta 1852 cuando se
estableció un verdadero "sistema moderno de educación obligatoria
estatal". Pero en 1912 se
afirmó que los previos 20 años la educación
masiva en Estados Unidos había sido un fracaso
y los padres preguntaban cómo podían educar a sus hijos en casa. A comienzos de
los 70s se cuestionó la eficacia de
la educación obligatoria y por ello muchos padres decidieron aprender nuevamente a educar a sus hijos en
casa. Lo que no se sabe a cerca del origen de las instituciones de
educación y el origen del movimiento feminista es que detrás de eso hay gente e
intereses que no son precisamente la evolución de la humanidad, sino todo lo
contrario, el control sobre la misma. El feminismo es un movimiento creado por grupos secretos como
los masones con el propósito nada menos que de controlar a la sociedad como
siempre ha sido su intención tomando partido en todos los ámbitos de la sociedad
como las artes, música, cine, teatro etc y también en
la política y en todo ambiente donde se mueve y desarrolla el ser humano. Es
por eso que lo que vemos, escuchamos o sabemos es justo lo que éste grupo de
personas líderes “ocultos” del mundo quieren que nosotros recibamos como
información, y no la realidad: que estamos inmersos en un sistema controlado no
solo por líderes con ciertos intereses sino por fuerzas ocultas a las que
rinden sus servicios a cambio de poder sobre la humanidad. Hablar de la masonería, los iluminatis
y la élite mundial sería un tema demasiado extenso que no nos compete
precisamente en este momento, sin embargo, es necesario saber que éste grupo de
personas tienen como propósito controlar toda la vida del ser humano y lamentablemente
nosotras como creyentes estamos expuestas a eso. El Mesías dijo que nosotros
los creyentes no somos de éste mundo, aunque estamos en este mundo (Juan 15:19)
y que en éste mundo tendremos aflicción (Juan 16:33) pero él ya ha vencido al
mundo, ahora nosotros también podemos vencer si permanecemos en él. Ahora, éste
mundo tiene sus líderes, estos líderes tienen sus intereses, y estos intereses
no tienen parte con nosotros, no si somos del Señor. Estos líderes a los que me refiero son los que han creado todo
el sistema que conocemos hoy en día, instituciones, leyes, costumbres, incluso
problemas mundiales, guerras, controlan la economía, dicen qué presidente entra
y cual sale, en fin, todo está bajo su control, pero solo las cosas de éste mundo, pero las cosas celestiales son
para nosotros los creyentes en la Biblia y en el Mesías que reina y gobierna
sobre nosotros. Cabe mencionar que lo masones, creadores del feminismo son en
realidad adoradores de Lucifer. El querub que quiso ser como el Creador y fue
arrojado al abismo por su rebeldía. La rebeldía al Creador es lo que
caracteriza al luciferianismo, teniendo como primer
mandamiento en la “biblia” satánica “HAZ LO QUE QUIERAS” moldeando a las mentes
a vivir en rebeldía ante el Creador y llevando sus almas a la perdición.
Analicemos nuestra actualidad, todo va encaminado a la anarquía. Aquí vemos los dos principales motivos por los cuales se inventó
el feminismo. Antes un hombre podía sostener su hogar tranquilamente él solo,
pero era sólo él quien debía declarar impuestos siendo el que percibe, así que
como dijo Rockefeller, al gobierno mundial le interesa que la otra mitad de la
población también sea contribuyente. El otro pájaro que se mata es la educación
de los hijos en manos del gobierno. El concepto 'educación' denota los métodos
por los que una sociedad mantiene sus conocimientos, cultura y valores y afecta
a los aspectos físicos, mentales, emocionales, morales y sociales de la persona. Como vimos al
principio, siglos atrás la educación de los hijos era responsabilidad primaria
de los padres habiendo maestros especializados en diversas áreas como apoyo o
complemento en la educación de los hijos. Ahora podemos entender por qué hoy en
día es tan difícil santificar a
nuestros hijos que asisten a las escuelas. Ahí obtienen la influencia en todos
los aspectos que mencionamos. Físicos, mentales, emocionales, morales y
sociales. Ahí aprenden la ideología del mundo secular que no está en armonía
con la Escritura. Bueno pues todo esto tiene que ver con el feminismo, ya que éste
movimiento nació en la masonería con la intención de dividir a la familia, el
núcleo de la sociedad. Por todo esto vemos que la mujer de hoy no se ve casada y
realizada en su hogar, sino como una profesionista exitosa o sobresaliente. Desde
hace unos años hemos visto mujeres que desisten de la idea materna u hogareña
por una en oficina o reconocimientos humanos, sin pensar primordialmente en la
educación de sus hijos. Sin embargo hay algo que quisiera dejar en claro. No es
rotundamente malo que una mujer desee estudiar o trabajar ya que eso muchas
veces es necesario, lo malo es que la mujer por desconocer su papel se
desenfoque de él por atender sus ambiciones. Una mujer que conoce su lugar sabe
que no puede dar prioridad a un trabajo o estudios que a cumplir con su rol de
mujer como madre y esposa, que la educación de los hijos depende
primordialmente de los padres y el sustento que el Creador envía a través del
esposo puede suplir toda necesidad. Por eso, las mujeres decidieron salir de sus hogares y buscar
ocupar cierto “status” en la sociedad, y ahora ya las ven por lo que hacen (lo
que les da $) y no por lo que son. De la misma manera, las mujeres prefieren
ocupar el 80 % de sus vidas en su profesión, denigran subestiman a las que han
decidido vivir su función como mujeres de hogar, y al final de cuentas, las
profesionistas terminan deseando vivir como las amas de casa, una mujer nunca
estará más feliz que sirviendo en su propio hogar y en segundo lugar a la
sociedad en alguna labor específica, ya que no queremos decir que sea malo
tener una profesión, puede ser algo benéfico siempre y cuando no le quite
tiempo, interés y dedicación a lo que debería ser nuestra prioridad que es ser
ama de casa. Lo preocupante del asunto no es que haya gente que crea todo esto
del feminismo como algo “necesario”, realmente lo triste está en que se haya
infiltrado esta creencia dentro de los lugares donde se estudian las
Escrituras, las cuales nos dicen quiénes somos como mujeres, cuál es nuestro
papel, nuestros diferentes roles y el propósito del Eterno en nuestras vidas
como creyentes individuales. Es por eso
que hoy en día es muy necesario difundir la educación Bíblica para la mujer.
Esperamos este estudio pueda ser de estímulo y ayuda para toda mujer que desee
vivir conforme ha sido llamada por el Creador en Su Palabra. Entonces, la famosa “Igualdad” entre los dos sexos ¿es correcta?
Y más aún ¿será Bíblica?, y la respuesta es NO ante la sociedad y mundo en que
vivimos. Delante del Eterno es diferente. El no tiene preferencias o
distinciones entre un hombre o una mujer. El ve al alma no al sexo de la misma,
cuando El decide enviar al mundo un alma se materializa tomando una forma
humana y le da un propósito, una misión, dones y lo dota de características
específicas y especiales para llevar a cabo su papel en este mundo, pero ante
el Eterno esa persona sigue siendo un ser que El no trata de manera especial
por ser hombre o por ser mujer, sino que lo trata como lo hace con todo aquel
que ha sido llamado a ser Suyo. Es por eso que la Toráh es para todos y a todos
aplica por igual, con algunas excepciones en preceptos que han sido
específicamente ordenados a hombres, a mujeres, a padres, a hijos, a levitas
etc. Pero al final de cuentas todo es para lograr un equilibrio como creyentes
pertenecientes a un cuerpo, que es el pueblo elegido por el Creador. El hombre y la mujer en sus papeles dentro de la sociedad no son
y no deben ser iguales, si no ya no se lograría armonía para cumplir un
propósito en común. Es muy cierto que la
mujer es muy capaz de hacer lo mismo que el hombre, en oficios, en el hogar, o
en la comunidad, pero sencillamente siendo uno (la mujer) el complemento del
otro (el hombre) deben jugar dos papeles diferentes para lograr un equilibrio.
Para entenderlo más detalladamente tenemos que conocer nuestros orígenes, es
decir cómo, para qué y por qué fuimos creados, tanto hombres como mujeres. De
ello hemos hablado más ampliamente en el estudio de Javah
donde se explica la naturaleza, tanto de ella como de Adam, sus roles y sus
características. Así que por ahora ahondaremos en uno de los roles más comunes
de la mujer y menos entendidos de todos. Ama de Casa en hebreo es Akeret habait תיבה תרקע, y para lograr una
mejor comprensión de la labor de una mujer en su hogar lo analizaremos a través
del ministerio del sumo sacerdote en el templo (o en el tabernáculo anterior al
templo). Seguramente algunas podrán estarse preguntando, ¿Qué tiene que ver la
labor del sumo sacerdote con la de una mujer en su casa?, y la respuesta sería:
Todo! Cada detalle del ministerio del sumo sacerdote
es una sombra del ministerio de una mujer en su hogar. El sumo sacerdote en tiempos del tabernáculo o del templo en
Jerusalén era quien más trabajaba, a pesar de que había muchos levitas que
participaban y tenían diferentes cargos, el sumo sacerdote no solo hacía
diferentes cosas, cada cosa era las de mayor peso a la hora de presentarse como
intermediario entre el pueblo y el Eterno. La mayoría de las funciones del sumo sacerdote (en hebreo
Cohen hagadol)
en el templo consistían en limpiar, sacrificar y ofrecer, el sacrificaba
animales, los preparaba para la ofrenda, juntaba la sangre para rociarla en
ocasiones como Iom hakipurim
(día de las expiaciones Lev 23:27), limpiaba sangre,
hacía ofrendas de incienso, de harina, o de las primicias e la cebada, entre
muchas otras cosas. Si lo vemos “lógicamente”, el trabajo del Cohen hagadol era de los mas “sucios”, por las cuestiones de la
sangre, examinar los animales, encender carbones, o en cuanto a personas se
refiere, era el sumo sacerdote quien revisaba a los leprosos y los declaraba
limpios o inmundos. Pero todo lo que hacía era considerado sagrado tanto para
él, como para el pueblo y para el Eterno. Aquí encontramos la mayor similitud
entre el sumo sacerdote y el ama de casa. Primero que nada la labor debe ser
considerada algo santo porque se hace para el Eterno, y el Eterno lo ve así.
Una de las responsabilidades de la mujer es la limpieza del hogar, y es a lo
que mayormente se le toma en poco. Una diferencia entre una profesionista y un
ama de casa es que la profesionista estudia para poder trabajar y trabaja para
poder adquirir una recompensa monetaria, es decir, es más por interés propio
que por deseo. Una persona que estudia leyes no se la pasa toda su vida
resolviéndole sus casos a la gente sin recibir nada a cambio, el “ayuda” pero
cobra, igual un médico, o un maestro. En cambio, el ama de casa es la todóloga, limpia el hogar, es cocinera, psicóloga y
terapeuta de sus hijos, consejera de su esposo, administradora de sus finanzas
o de su tiempo, educadora, decoradora de interiores, a veces repara artículos
electrónicos, algunas son las secretarias de sus esposos, etc
etc etc. Y aún se que se me
pasan algunas otras labores que las mujeres desempeñamos en casa, pero lo
grandioso está en que lo hacemos voluntariamente, sin esperar nada a cambio,
ver los resultados obtenidos por el esfuerzo es más que suficiente. Éste es el
valor que la Toráh tiene para nosotras como amas de casa, el sumo sacerdote
tampoco hacía su labor por interés, lo hacía por vocación, porque realmente
amaba su ministerio. El principal
ministerio de cada mujer es en su hogar.
Como dijimos, la palabra hebrea que se usa para definir ama de casa es Akeret Habait תיבה תרקע, la palabra akeret es el femenino de la palabra hebrea ikar רקי que significa aspecto
o figura central, esencia de algo, y la segunda palabra es habait
תיבה viene de bet o bait que literalmente
significa casa. Esta palabra es la misma que se usa para referirse al templo
del Eterno, en hebreo es Bet hamikdash, como dijimos bet es casa u hogar y mikdash es
de santidad. Ésta es otra “coincidencia”, la mujer es la protagonista de la
labor desarrollada en su casa, por su parte, el sumo sacerdote es el principal
encargado de las labores que se realizan en la casa del Eterno, todas estas
labores tienen un propósito específico, y es que la presencia del Eterno
descendiera de tiempo en tiempo al templo. En el hogar, todo lo que se hace
debe ser con el mismo propósito, que nuestra casa esté lista para que día a día
la presencia del Eterno pueda habitar en nuestros hogares, y por supuesto todo
debe empezar desde nuestro interior. Si nosotras vemos éste ministerio como una
aportación de santidad para nuestra familia podemos convertirlo en algo que
otros ven como subordinado en algo sagrado. A un hogar donde mora la presencia
del Eterno se le determina un mikdash me’at, o sea un santuario en miniatura. Nosotros somos el
templo del espíritu del Eterno, El mora en nosotros, y de igual manera que
tratamos este templo que es nuestro cuerpo, con tantos cuidados y valor,
debemos tratar nuestro hogar como una manera física de expresar lo que tenemos
dentro. Especialmente debemos tener esto en mente cada víspera al día de
reposo. Y ¿cómo hacemos esto posible? Haciendo de lo mas
común y menos agradable algo santo y de mucho valor, sobre todo hacerlo con
mucho amor. No solo se trata de barrer, sacudir, limpiar aquí y limpiar allá,
que si el baño, la ropa, los niños, cocinar, organizar, lavar, todo esto lo
podríamos comparar con las labores del sumo sacerdote en el templo, de los
holocaustos una parte era para los levitas, en cuanto a la limpieza, limpiar
diariamente la sangre de los atrios, y aún en shabat
(día de reposo), el sagrado día de reposo había mucho que hacer, eran dos
sacrificios al día lo que se ofrecían, en la mañana y en la tarde, y todo lo
que conllevaba. La comida que prepara un ama de casa alimenta a la familia, y
los sacrificios que ofrendaba el sumo sacerdote alimenta el alma, al limpiar la
casa, pensamos en nuestra familia, que se sientan cómodos al llegar, pero
limpiar los atrios es para que todo el templo esté listo y pueda descender la
presencia del Eterno en el lugar santísimo, la limpieza del baño (lo que es mas
asqueroso para muchas), se puede comparar con la limpieza de la sangre,
examinar los animales para los sacrificios, lo que implicaba que el sumo
sacerdote oliera a carnicero. También el sumo sacerdote tenía labores de poco
refinamiento, pero eran justo esas las que el Eterno aceptaba tan gratamente,
el sumo sacerdote nunca se quejaba, ni respingaba, ni cedía lo mas sucio a los
levitas principiantes, sino todo lo contrario, el , siendo su labor la de mayor
importancia, se humilló siendo el servidor de todos, esto nos recuerda las
palabras de Yeshúa cuando dijo: “El que quiera ser el mayor de todos, hágase el
menor”, y posterior a estas palabras lavó los pies de sus discípulos, siendo él
el maestro, lavó pies sucios de andar en la tierra, por el campo, ampollados, y
todo esto lo hizo para mostrar su humildad y amor por los suyos. De la misma
manera, una Akeret habait,
no por ser el centro del hogar debe portarse por encima de los demás abusando
de su posición, mucho menos debe sentirse más de lo que es, porque si bien un
ama de casa es la pieza clave del hogar, no es para que usurpe el papel de su
esposo como líder y autoridad. La mujer es la responsable de mantener un
ambiente de kedushá, (de santidad), de lograr crear
un ambiente acogedor, sin pensar en lujos o comodidades innecesarias,
simplemente con los recursos que cuenta buscar la manera de crear un hogar
digno de poseer santidad. En el hogar la esposa pone las reglas que tienen que
ver con su labor, o que la involucran directamente con sus responsabilidades,
pero aún con ello es ella quien rinde cuentas al esposo, es éste el orden que ha
establecido el Eterno en su instrucción, la Biblia. Mi deseo es que después de conocer las similitudes entre un ama
de casa y el sumo sacerdote pensemos en ello cuando estemos limpiando nuestro
hogar o atendiendo las necesidades de nuestra familia pensemos en la dicha que
nos dará ver a los nuestros contentos con nuestra labor, demostrándoles nuestro
amor a través de los cuidados que tenemos por ellos en nuestro hogar. Ahora que
nos pregunten “¿ A qué te dedicas?” podamos responder con una sonrisa en el
rostro “Soy ama de casa!” pensando que todo lo que invierto en mi hogar no es
pérdida de tiempo, ni una labor inferior a otras, sino mas bien que lo hago
para atraer la presencia del Eterno a mi hogar dejando un ejemplo a mi familia
de dedicación, diligencia y amor, no sólo por la limpieza sino por la educación
que les damos a nuestros hijos en la Toráh, lo cuál es hacer tesoros en los
cielos, además siendo de apoyo a nuestro esposo para que su corazón esté
confiado en nosotras y pueda cumplir la voluntad del Eterno plenamente. Existe otro aspecto
importante a considerar. Uno de los día en que más nos esmeramos en el aseo de
la casa, la comida y la ropa que vestimos es cada víspera de shabat (día de reposo), es decir, cada viernes. Algunas
mujeres comenzamos desde que nos levantamos, otras a partir del medio día ya lo
dedican a la preparación de nuestra fiesta semanal. Dejar nuestro hogar lo
mejor posible, cocinar platillos especiales y usar nuestras mejores ropas son
una hermosa manera de adornar el shabat. Todo esto no
sólo lo hacemos por que así sea, sino por las implicaciones proféticas que esto
conlleva. Una costumbre muy hermosa dentro de la cultura hebrea es encender dos
velas que representan las dos aseveraciones que el Eterno dijo respecto al día
de reposo: “Shamor veZajor”,
guardar y recordar el día de shabat, aunque algunos encienden
una vela por cada hijo, o por cada día de la semana de la creación. Hacer esto
representa que la mujer como descendiente de Eva, quien una vez apagó la luz de
la Toráh al pecar y hacer pecar a su esposo, y como consecuencia a sus
descendientes, ahora nosotras debemos encender esa luz, ¿cuál luz? La de la Toráh,
hacerlo con velas es solo una manera física de representar ese principio
espiritual, pero al prenderlas en nuestro corazón está la convicción de que
justo estamos por cumplir un gran mandamiento que es guardar el día de reposo,
y de ésta manera terminamos una semana y comenzamos otra encendiendo una luz
que nos recuerda que somos la luz primeramente de nuestro hogar, y posteriormente
a las naciones. Encender la luz de la Toráh significa cumplir con los
mandamientos de nuestro Creador y enseñarlos a otros. Por eso Yeshúa dijo: “De manera que cualquiera que quebrante
uno de estos mandamientos muy pequeños,
y así enseñe a los hombres, muy
pequeño será llamado en el reino de los cielos;
mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los
cielos” Mat 5:19. Por supuesto los mandamientos de los que hablaba el Mesías
eran los que el Eterno dio a Moisés para Su pueblo, así que una de nuestras
responsabilidades como figura central del hogar es cuidar que los mandamientos
de nuestro Creador se lleven a cabo, y no por imposición sino de corazón. Sabemos
que estamos muy próximas a recibir nuestro shabt
(reposo) eterno, cuando nuestro mesías nos lleve a la presencia del Creador. Nuestra
manera de contribuir a las vísperas de la redención es enseñarles la Toráh a
nuestros hijos, y puedan ser ellos un instrumento del Eterno para los tiempos
finales. Si eres una mujer que aún no haz abrazado el pacto de la Toráh éste es
el tiempo para ti, de reconocer que sólo hay un Elohim (Di-s) verdadero, y que
sus mandamientos siguen vigentes, como lo dice “Perpetuamente y para siempre”,
y que sólo en el mesías judío Yeshúa podemos obtener la salvación. Y si eres
una mujer que ya haz entrado en pacto y
estás consiente de la Toráh, te invito a que reflexiones si verdaderamente haz
tenido celo por ella, de cuidar guardar todos sus mandamientos pero con la
intensión correcta, no guardarlos solamente, sino hacerlo con alegría y
convicción, además de procurar en que en todo momento de nuestra vida tengamos
un celo santo y un temor reverente, celo por que Su Toráh se viva de manera
plena y no adulterada y temor de quebrantarla contristando a nuestro Creador. Que
en todo momento sea nuestra oración y el Eterno nos tome por dignas de ser
parte de la restauración gloriosa del tabernáculo caído de la casa de David. Hay una oración que hacemos por nuestra familia cada día de
reposo después del encendido tradicional de las velas de shabat,
que nos ayuda a recordar lo importante que es nuestro papel en el hogar y más
aún nuestras oraciones, les dejo que mediten en ella y les invito a que la
hagan cada día de shabat, seguramente avivará su amor
por la labor que con tanto esfuerzo hacemos cada viernes. La dejo en hebreo y
español, y dice así: Yehí ratzón
milefaneja Adonay
Elohé abotay, shetajús utrajem alay vetagdil jasdejá
imadí latet lí zerá anashim
osé retzonejá ve’osekim beTorateja lishmáh. Veyhyú meirím batorá bizjut nerot hashabat halalú kemó shekatúb ki
ner mitzváh veToráh or, ve gam tajús utrajém
al ba’alí (nombre del esposo) vetitén
lo órej iamim ushnot jaim im
verajáh vehatzlajáh, utzaye’ehu la’asot retzonejá bishlemut ken iehí ratzón. Vihí no’am
Adonay Elohenu alenu uma’asé yadenu konená ‘alenu uma’asé
yadenu konenehu. Sea Tu voluntad, Eterno, Elohim nuestro y Elohim de mis ancestros
que tengas compasión y misericordia de mi y que actúes con gran bondad hacia mí
al concederme hijos que cumplan Tu voluntad y se dediquen a Tu Toráh con
motivos puros. Que ellos irradien Toráh por el mérito de estas velas de shabat, tal como está escrito: “Pues el precepto es candela y la Toráh es luz”. Y también ten
compasión y misericordia de mi esposo (nombre del esposo) y concédele una larga
vida y años de paz, con bendición y prosperidad. Y ayúdale a cumplir Tu
voluntad con integridad, que así sea tu voluntad. “Que la dulzura del Eterno esté sobre nosotros. Que Él
establezca para nosotros la obra de nuestras manos; que afirme la obra de
nuestras manos” (Salmos 90: 17). “Que la expresión de mi boca y la meditación
de mi corazón sean aceptables delante de ti oh Eterno, mi Roca y mi Redentor.
(Salmos 19:14). ~El Lado Femenino De La Biblia~ www.elladofemeninodelabiblia.org |